Xocoatl, chocolate picante hecho por los dioses Aztecas
La historia del xocolatl, (del náhuatl, xocoatl) se remonta a las antiguas civilizaciones mesoamericanas, donde era considerado un tesoro culinario de valor incalculable. Los aztecas, en particular, veneraban esta bebida como regalo de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, quien les enseñó a cultivar el cacao y a preparar el xocolatl.
Para ellos, esta mezcla de cacao, agua, chiles y especias era más que una simple bebida: era una conexión con lo divino, una fuente de energía y un elixir ceremonial.
Los dioses crean el árbol del cacao, ilustración del codex Tudela publicado en 1553, Museo de América.
Foto Cordon Press copia
Una creación que se dice que fue un regalo de los dioses.
La elaboración del xocolatl era un proceso meticuloso:
- Los granos de cacao se tostaban, se molían y se mezclaban con agua caliente, chiles y especias como vainilla, canela y achiote.
- La mezcla se batía hasta obtener una espuma cremosa y se servía en tazas de barro.
Cada sorbo es una explosión de sabores: el amargor del cacao se combina con el calor del chile y la dulzura de las especias. Creando una sinfonía de sensaciones en el paladar.
Aunque el xocolatl tuvo un papel central en las antiguas civilizaciones mesoamericanas. Su popularidad disminuyó con la llegada de los conquistadores europeos, quienes lo llevaron a su tierra natal y lo adaptaron a sus propios gustos.
Con el tiempo, el chocolate se convirtió en un manjar refinado, alejado de sus raíces picantes y especiadas.
Sin embargo, en los últimos años, ha habido un resurgimiento del interés por el xocolatl original, impulsado por los amantes del picante y los entusiastas de la gastronomía que buscan nuevas experiencias sensoriales.
El xocolatl es más que una simple bebida: es un símbolo de la rica historia culinaria de las culturas mesoamericanas, un testimonio de la creatividad humana y un recordatorio de la conexión entre el hombre y lo divino.